
Contexto situacional: se encuentra dado por el entorno físico temporal y espacial inmediato a una situación comunicativa. Es aquel que provee de sentido al mensaje, proporcionándole la lógica necesaria para ser interpretado adecuadamente. Cada acto de comunicación tiene sus requisitos situacionales específicos. Por ejemplo, para que la expresión "cierra la puerta" tenga sentido, debe existir una puerta y esta encontrarse abierta.
Contexto sociocultural: es la configuración de datos que proceden de condicionamientos sociales y culturales que gravitan sobre el emisor obligándolo a adecuarse verbalmente a diversas circunstancias en las cuales se desenvuelve. (Puede condicionar, entre otras cosas, el nivel de formalidad o la interpretación de alguna expresión dependiendo de la igualdad o diferencia de status social entre emisor y receptor).
Contexto temático: Es el tema en torno al cual gira la comunicación. El contexto lingüístico es producto de la situación comunicativa, a diferencia de los contextos situacional, sociocultural y temático que actúan como condicionantes de la situación comunicativa y de los mensajes que de ella surgen.
Contexto físico: se apoya en el mundo exterior, en el mundo físico que nos rodea. Si vemos las palabras damas y caballeros en dos puertas distintas, inmediatamente comprendemos de qué se trata. El contexto físico nos ayudó a interpretar el sentido de estas palabras. Además, el contexto físico es selectivo y económico, porque al fijar un mensaje justamente en un objeto o en un lugar, se dirige sólo a las personas que necesitan recibir esa información y lo hace sin tener que recurrir a extensas explicaciones. Este contexto no sólo se aprovecha para los signos lingüísticos, sino que en él también se apoyan otras clases de signos, como los signos que se utilizan en el código de circulación y transito.
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